Inicio Geología Respuestas (LXXXIII): ¿Cuál es la montaña más alta que jamás ha existido en la Tierra?

Respuestas (LXXXIII): ¿Cuál es la montaña más alta que jamás ha existido en la Tierra?

by Jordi Pereyra

Hace poco estuve hablando sobre cómo la gravedad afecta a la altura de las montañas en otros cuerpos del sistema solar y hoy voy a tratar de responder a una de las preguntas que Antonio dejó en la sección de comentarios de ese artículo: ¿cuál es la montaña más alta que jamás ha existido en la Tierra?

Ante nada, aquí llega un dato que os podría sorprender: el monte Everest no es la montaña más alta del planeta.

Ya estamos… ¿Y entonces por qué es tan famoso, si tampoco es para tanto?

A ver, no le estoy intentando quitar mérito al Everest, voz cursiva. Lo que pasa es que la altura de una montaña individual está definida por la distancia que hay entre su base y su punto más alto así que, en este sentido, el monte Everest «sólo» mide 4.600 metros de altura en su cara norte y 3.600 metros en la cara sur.

Aun así, al encontrarse sobre la meseta del Himalaya, la base de la montaña parte desde unos 4.500 metros sobre el nivel del mar. Por tanto, sumando la altura que le proporcionan la meseta y la propia montaña, la cumbre del Everest es el punto de la superficie terrestre que tiene una mayor elevación por encima del nivel del mar (8.848 m).

Pero, de nuevo, el monte Everest en sí no es la montaña más alta del planeta. Ignorando la elevación desde la que parte la base, la montaña más alta que hay sobre la superficie de la Tierra es el monte McKinley, en EEUU, con 6.193 metros de altura.

Pero en nuestro planeta hay montañas incluso mayores… Aunque no impresionan tanto a primera vista porque parte de ellas está sumergida bajo el agua.

Por ejemplo, la isla principal del archipiélago de Hawaii es en realidad la cima del volcán Mauna Kea, que mide 10.200 metros de altura entre su cumbre y su base en el fondo del océano Pacífico hasta. No podemos apreciar el tamaño colosal de esta montaña porque sólo los 4.200 metros superiores asoman por encima del agua pero, si os queréis hacer una idea, aquí tenéis una imagen donde lo comparan con los picos «superficiales» más altos de cada continente:

(Fuente)

O sea que, si nos ponemos tiquismiquis, la montaña más alta de la Tierra sería el volcán de Mauna Kea (con 10.200 metros totales, aunque sólo 4.200 metros asomen sobre el nivel del mar), pero la cumbre del monte Everest es el punto que se encuentra a una mayor altura por encima del nivel del mar (8.848 metros).

Vale, vale. Entonces, ¿es posible que hayan existido picos aún más altos en el pasado, en cualquiera de las dos categorías?

Gracias por darme pie, voz cursiva. Intentemos averiguarlo.

En la entrada anterior vimos que, desde el punto de vista estructural, la altura máxima que las montañas pueden alcanzar en nuestro planeta debería rondar los 7 kilómetros, aunque en este otro enlace se sugiere que este límite aumenta hasta los 15 kilómetros si se hacen un par de suposiciones optimistas adicionales. Si ese fuera el caso, en el pasado podrían haber existido montañas hasta un 50% más altas que el Mauna Kea.

Pues ahí lo tienes, voz no cursiva: si el límite teórico es tan superior al tamaño de las montañas actuales, seguro que ha existido algún pico de 15 kilómetros de altura en los 4.500 millones de años de historia de nuestro planeta.

Pues no necesariamente. Que pudieran existir montañas tan altas no significa que existieran.

Por un lado, se necesitan eventos muy energéticos para apilar el material que contiene una montaña tan grande, así que no es de extrañar que los picos más altos se formen en las fronteras donde colisionan las placas tectónicas (como es el caso de la cordillera del Himalaya o la de los Andes) o allá donde hay una fuente de magma que escupa material sobre la superficie durante mucho tiempo (como ocurrió con el volcán Mauna Kea).

Aquí tenéis un vídeo en el que se recrea el primer proceso:

Pero las cosas no son tan sencillas, porque hay otras fuerzas que se oponen al crecimiento de las montañas.

Como la formación de montañas es un proceso que dura millones de años, la erosión tiene tiempo de sobra para arrancar material de sus cimas y «recortarlas» mientras su altura aumenta lentamente. Los fenómenos responsables de la erosión pueden ser la lluvia, el viento o los cambios de temperatura diarios que rompen la roca a través de los ciclos de contracción y dilatación térmica, pero se cree que hay un agente erosivo que limita especialmente el tamaño potencial de las montañas: la cota de nieve o, lo que es lo mismo en el caso que nos ocupa, la altura a partir de la cual la temperatura de la atmósfera es tan baja que cualquier cumbre que la sobrepase va a estar cubierta de hielo de manera permanente.

El hielo tiene un efecto erosivo más intenso sobre los picos de las montañas porque arrastra grandes cantidades de roca mientras se acumula y se desliza por las laderas. Como resultado, las cumbres congeladas de las montañas tienden a volverse más escarpadas y a tener mayor pendiente, como se puede ver en la siguiente animación:

Por tanto, una vez superada la cota de nieve, las laderas de las cumbres montañosas se vuelven verticales e inestables, así que difícilmente permanecen en pie durante mucho tiempo. Y, cuando se vienen abajo, la altura total de la montaña disminuye, por supuesto.

De hecho, parece que las montañas no suelen alzarse más de 1.500 metros por encima de la cota de nieve, lo que explica por qué los picos más altos del mundo se encuentran cerca del ecuador: como en los trópicos hace más calor, la cota de nieve está más alta y las montañas pueden crecer hasta una altura mayor sin que el hielo recorte sus cimas. Para ilustrar el fenómeno, he hecho este gráfico en el que aparece la altura de la cota de nieve en función de la latitud:

(Fuente de los datos)

El efecto de la cota de nieve como principal agente limitante de la altura de las montañas aún se está debatiendo pero, teniendo en cuenta el efecto de la erosión sobre las cumbres, no es de extrañar que la montaña individual más alta del mundo sea el volcán Mauna Kea: al estar medio sumergido, el océano protege su base de la erosión más intensa y, como además está cerca del ecuador, su tamaño ha podido aumentar mucho sin que su cumbre se tope con la cota de nieve.

Pero hay otro factor importante que afecta a la altura de las montañas.

Como explicaba en esta otra entrada, bajo la corteza terrestre existe una capa de roca «más viscosa» llamada manto. Mientras las cordilleras crecen, la corteza sobre la que descansan se deforma y la base de las montañas se va hundiendo en el manto bajo su propio peso hasta que las fuerzas alcanzan el equilibrio isostático.

Esto significa que, a la larga, la altura de las montañas más grandes tiende a disminuir porque se hunden mientras las fuerzas que producen sobre la corteza se equilibran. De hecho, el Mauna Kea está perdiendo unos 0,2 milímetros de altura cada año a causa de este fenómeno.

Pero yo había oído que la altura de la cordillera del Himalaya está aumentando 1 centímetro cada año. ¿Cómo puede ser que su propio peso no la esté hundiendo también?

Buena observación, voz cursiva. La cordillera del Himalaya se empezó a formar hace unos 50 millones de años, cuando el subcontinente indio, que entonces era una isla, empezó a chocar lentamente con Eurasia. Durante la colisión, la fuerza compresiva deformó y arrugó la corteza local, aumentando su grosor y creando estas famosas montañas.

(Fuente)

Pero el proceso aún no ha terminado: la lenta colisión entre India y Eurasia continúa a día de hoy, así que bajo el Himalaya existe una fuerza en dirección opuesta al peso de la cordillera que impide que su base se hunda en el manto (y, por tanto, que la elevación de sus picos disminuya).

Aun así, hay señales de que el crecimiento de la meseta del Himalaya se está ralentizando y, de hecho, se estima que se va a detener en unos 20 millones de años. Cuando esto ocurra, el Himalaya se empezará a hundir bajo su propio peso y la elevación de sus montañas disminuirá hasta que la cordillera alcance el equilibrio isostático.

Curiosamente, el efecto del equilibrio isostático sobre la altura de las montañas es más fácil de apreciar si comparamos las nuestras con las de otros planetas.

Por ejemplo, la cumbre del volcán Olympus Mons se eleva 21,9 kilómetros por encima de la superficie de Marte. Si este volcán ha podido alcanzar ese tamaño colosal es, en gran medida, porque la corteza marciana es hasta el doble de gruesa que la de la Tierra. Al estar apoyadas sobre una capa mayor de material rígido, las montañas marcianas se hunden mucho menos en el manto y, como resultado, pueden sobresalir más por encima de su superficie (por no hablar de que el efecto erosivo de la atmósfera de Marte es minúsculo).

Si, vale, el sistema solar es un lugar fascinante y tal, ¿pero vas a responder a la pregunta de hoy en algún momento?

Tienes razón, voz cursiva, creo que va siendo hora de cerrar la entrada.

Hemos visto qué factores afectan la altura de las montañas en la Tierra pero, por desgracia, no tenemos información directa sobre cuál es el pico más alto que ha existido jamás sobre la Tierra ni se sabe con seguridad dónde está el límite porque, en la vida real, las montañas no son masas geométricamente perfectas y homogéneas.

Si nos basamos en los accidentes geográficos actuales, sabemos que una montaña relativamente grande, situada encima de una meseta extensa y elevada, puede dar lugar a picos que se alzan más de 8.000 metros por encima del nivel del mar, como es el caso del Himalaya. También sabemos que, cuando confluyen una serie de factores favorables que limitan el efecto de la erosión, nuestro planeta permite la existencia de montañas individuales de 10.000 metros de altura, como el Mauna Kea.

Pero, ¿podría haber existido algún pico aún mayor? ¿Uno de 15.000 metros de altura, como los que sugería la estimación más optimista?

Si asumimos que la cota de nieve es el factor que más limita la altura de las montañas, entonces sería posible que hubieran existido picos más altos que los actuales en periodos más calientes de la historia de nuestro planeta. Teniendo en cuenta que la temperatura media de la Tierra era 4ºC superior en el periodo Cretático, hace entre 145 y 66 millones de años, es posible que la cota de nieve hubiera estado más elevada en aquella época y, en teoría, esto permitiría que las montañas hubieran crecido un poco más.

Pero, por supuesto, para que existieran montañas más altas que las actuales durante el Cretático, también se debería haber producido algún episodio de formación de montañas especialmente intenso… Y no he podido encontrar ninguna referencia al respecto.

Por otro lado, se cree que la cordillera de las montañas Apalaches (EEUU) podría haber contenido picos tan altos como los del Himalaya en el pasado. Esta cordillera se formó cerca del ecuador durante el periodo Carbonífero (hace desde 350 hasta 300 millones de años), cuando la temperatura era similar a la de hoy en día, así que es posible que la cota de nieve impusiera a las montañas un límite de altura similar al actual. Por tanto, aunque hubiera existido un pico más alto que el Everest en aquella época, seguramente la diferencia de alturas no fue muy distinta.

En cuanto a las montañas individuales más altas, parece improbable que haya existido alguna con una altura superior a la del volcán Mauna Kea. Es verdad que, teniendo en cuenta que la cota de nieve ronda los 5.000 metros de altura en Hawaii, el volcán podría crecer otros 800 metros de altura hasta alcanzarla y aún sería capaz de sobrepasarla otros 1.500 metros, lo que le daría una altura total desde su base de unos 12.500 metros. ¿Ha existido alguna vez un punto caliente en el fondo del océano y cerca del ecuador que haya permanecido activo el tiempo suficiente como para crear un volcán así? Tampoco he podido encontrar nada al respecto.

Total que, con los datos de los que disponemos, la respuesta a la pregunta «¿cuál es la montaña más alta que ha existido jamás en la Tierra?» sería «probablemente el Mauna Kea«. Y si, además, nos preguntáramos cuál es el punto más elevado por encima del nivel del mar que ha existido jamás, no sería descabellado afirmar que es el Everest o un antiguo pico con una elevación similar.

Pues vaya… Qué decepc…

¡No te decepciones tan rápido, voz cursiva! Vale, es posible nunca hayan existido montañas más altas que las actuales sobre nuestro planeta pero, como hemos visto, el Himalaya aún seguirá creciendo durante otros 20 millones de años. Por supuesto, su ritmo de crecimiento irá disminuyendo, pero si alguna de las cimas más altas actuales (como el Everest o el K2) resistiera estoicamente la erosión, entonces, con un poco de suerte, tal vez algún pico del Himalaya rompa la barrera de los 9.000 metros por encima del nivel del mar en un futuro lejano.

Bueno, pues nada, toca esperar. Aunque no sé que haré para pasar el rato durante estos 20 millones de años.

Pues, mira, me alegra que lo comentes, voz cursiva.

 

8 comentarios

8 comentarios

xavier agosto 1, 2017 - 8:53 pm

Quedaría por considerar la altura de una montaña como la distancia al centro de La Tierra, con esta definición de nuevo el Everest pierde su categoría de montaña más alta

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Byron agosto 2, 2017 - 12:16 am

Bajo ese parámetro, el pico más alto es el chimborazo de Ecuador y lo midieron hace un año.

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Miguel diciembre 6, 2018 - 10:52 pm

Antes de criticarme por lo que voy a decir, me gustaría decir que yo soy solo un amante del saber y que tengo 15 años y no me especializo en ningún tema por lo que no sé si es valido o no. A la vez quiero decir que, si he malinterpretado tu comentario, lo siento. Esta respuesta se basa en lo que yo he entendido de tu comentario.

Una montaña no puede físicamente llegar al centro de la tierra puesto que cuando llegase al manto terrestre se derretiría la base hasta convertirse en plasma dejando de ser, al mismo tiempo, montaña. Aplico este argumento basándome en el equilibrio isostático mencionado anteriormente y reitero, aunque la base de dicha montaña pudiera penetrar en el manto, cuando progresivamente descendiese hacia el núcleo de la Tierra, la base iría desapareciendo hasta lograr el equilibrio entre la masa de la montaña y la resistencia que opone el manto a esta.

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Rafa agosto 2, 2017 - 7:55 am

Bueno, supongo que en lo más profundo de los océanos podría existir alguna montaña aún sin descubrir que supere en altura al volcán Mauna Kea.

Por cierto, muy buen artículo.

Felicidades.

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Gaston agosto 2, 2017 - 11:44 am

No sabía lo del Mckinley y el Mauna Kea. Todos los días se aprende algo nuevo. Y en este blog te llevás muchas cosas.
Me resonó lo de los 4° grados superiores de temperatura promedio en el cretácico. Y pensar que las predicciones del tratado de París estiman ese mismo aumento para finales de siglo, osea en poco más de 80 años abremos alcanzado la temperatura del cretácico. Imaginar solo 1000 o 10.000 años en el futuro y estamos bien fritos si no hacemos algo.

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Gaston agosto 2, 2017 - 11:53 am

Hablando de este tema se me ocurre una nueva pregunta un poco para concientisar, como y cuanto ha fluctuado la temperatura media de la tierra en toda su historia? y especialmente en los últimos 500 millones de años donde se produce la explosión de la vida? Y en cuanto podriamos estimar el aumento si nos vamos tan solo unos 10.000 o 100.000 años al futuro con nuestro ritmo actual de explotación de recursos?

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Cavaliery agosto 2, 2017 - 1:54 pm

Faltan el Chimborazo (la montaña aislada más alta medida desde el centro de la Tierra) el Kilimanjaro (la montaña aislada más alta del mundo).

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Aitor Astorga agosto 2, 2017 - 6:39 pm

Bueno, si como sospecho voz cursiva es como Skynet o algo así, quizás sea inmortal y pueda llegar a ver un Everest 2.0…

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