Todos estamos más o menos familiarizados con la astrología. En los horóscopos de revistas y periódicos, las más eminentes mentes de esta pseudociencia te guían en el amor, predicen tu suerte o te dan vagos consejos sobre cómo administrar tu dinero. En los canales de televisión, eminencias aún más importantes hacen lo mismo, aunque cobrándote dinero y en horas intempestivas. Desgraciadamente, la astrología se ha incrustado en las arterias de nuestra sociedad y subsiste chupando nuestra sangre.
Un astrólogo en plena jornada laboral.
Quiero explicar en qué se fundamenta la astrología porque, aunque sé que la gran mayoría de los que seguís Ciencia de Sofá no creéis en ella, tal vez compartiréis esta publicación y la verá alguien que está al borde de caer en las redes de algún cantamañanas. Si puedo ayudar a que alguien se ahorre algún dinero y que éste no acabe en las manos de un farsante, estaré contento.