En internet hay quién se ha dado cuenta de esto y, como siempre, hay gente realmente preocupada por ello. Desde Ciencia de Sofá os mandamos un mensaje tranquilizador: a la Luna no le pasa nada raro. Esto ocurre cada año y, en algunas latitudes, incluso tiene lugar dos veces.
Lo primero que hay que tener en cuenta para entender el asunto es que la Luna no brilla porque tenga luz propia, sino porque su superficie refleja la luz del sol. Por tanto, la parte iluminada de nuestro satélite siempre será la que apunta hacia el sol.