Si paseas por el desierto de Nazca, en Perú, podrías encontrarte con una zanja poco profunda que se pierde en el horizonte. Si la sigues, a lo mejor llegarás a un punto donde ésta se cruce con otra línea interminable (o varias). Tal vez incluso encontrarás otras líneas que no se pierden en el horizonte, pero que describieran curvas que parecen formar alguna figura.
A lo mejor todos estos dibujos en el suelo te dejarían tan intrigado que alquilarías un helicóptero (suposiciones extremas) y al ganar altura te encontrarías con esto:
Este mono mide unos 93 metros de longitud. (Fuente)
Estas formas dibujadas en su superficie por los antiguos habitantes del desierto de Nazca, entre el siglo III a.C y el IX d.C, son la razón por la que el desierto se ha vuelto célebre.