Mucha gente se hace esta pregunta, cuya versión extendida sería algo así como: ¿Y si el sistema solar es en realidad un átomo gigante y el universo es algún trozo de materia de un universo aún más grande?
El último en planteármela por e-mail ha sido asfasd fasdfasdf, así que voy a responderla antes de que alguien con un nombre aún más absurdo me la repita. Aprovecho para demostrar que esta historia es verídica y de paso recordar el e-mail al que podéis mandarme vuestras preguntas:
A parte de la escena final de la primera película de Men In Black, supongo que este planteamiento tiene su origen en la vieja imagen que tenemos todos de un átomo, potenciada por libros de instituto, documentales e incluso este mismo blog muchas veces: un átomo aparece siempre representado como un núcleo formado por unas bolas grandes y está rodeado por otras bolas que dan vueltas a su alrededor a cierta distancia.
Pero resulta que esta imagen no es correcta. Por la cuenta que nos trae, podemos usar gatos en vez de bolas para representar las partículas subatómicas (como ya hice en esta entrada sobre el agua pesada) porque es simplemente eso, una representación de un fenómeno que no somos capaces de observar.