Javier Asencio ha escuchado en el documental «Wonders of the Universe» que la estrella Betelgeuse podría entrar en fase de supernova cualquier día de estos y que, además, la explosión brillaría tanto en el cielo como la Luna llena o incluso el sol. No termina de fiarse de esta última afirmación, pero Javier me ha preguntado: ¿qué consecuencias tendría para la Tierra la explosión de Betelgeuse en forma de supernova?
Vamos a ver primero qué es una supernova para hacernos una idea de qué va el asunto.
En el núcleo de las estrellas tiene lugar una reacción de fusión nuclear constante. Entonces, ¿por qué las estrellas no explotan? Pues porque el peso del resto de la masa de la estrella, que presiona el núcleo desde todas direcciones debido al efecto de la gravedad, mantiene la explosión confinada en su centro. Por eso las estrellas tienen una forma esférica y no de… Bueno, forma de explosión.
Al principio de sus vidas, las estrellas brillan fusionando hidrógeno en sus núcleos para convertirlo en helio. Este proceso libera una cantidad tremenda de energía que eleva la temperatura del resto de la masa de la estrella hasta en una bola de gas incandescente (plasma, para los más quisquillosos) que está tan caliente que brilla con luz propia, igual que un trozo de hierro después de ser calentado por un soplete.
Pero las reservas de hidrógeno son limitadas y, cuando se acaba, en el núcleo sólo queda helio en el que han estado transformándolo. Las estrellas de tamaño mediano, como nuestro sol, son incapaces de fusionar los átomos de helio en elementos más pesados para producir energía así que, por un instante, la reacción de fusión nuclear que da energía a la estrella se detiene y, sin la resistencia que ofrece la onda expansiva generada en el núcleo, el resto de la estrella se precipita hacia el núcleo de helio con todo su peso, comprimiéndolo. Al comprimirse, el núcleo se calienta y transfiere suficiente calor a sus alrededores como para la fusión de hidrógeno pueda empezar de nuevo en la capa que lo rodea.
Esta capa alrededor del núcleo inerte de helio tiene un volumen mayor que el núcleo original, por lo que produce más energía y, por tanto, una mayor temperatura. Cuando algo se calienta, se expande, así que este incremento en la cantidad de calor producido se traduce en la expansión de la estrella, que empieza a crecer hasta alcanzar un diámetro hasta 400 veces superior a su tamaño orignal. Por este motivo, pese a que el núcleo esté produciendo más energía que de costumbre, ésta tiene que repartirse por una superficie mayor. La superficie de la estrella empieza a enfriarse y adopta un tono rojizo o anaranjado. De ahí que estas estrellas hinchadas reciban el nombre de gigantes rojas.