Aprovecho que se acaba el verano para colar un último vídeo de «temática veraniega«. Hoy toca hablar sobre cómo la cantidad de agua que tiene que atravesar un rayo de luz afecta a su color.
Por si os desconcierta un poco que cuelgue dos vídeos seguidos, no es que tenga pensado dejar de escribir para convertirme en youtuber, pero últimamente me paso el día escribiendo para un nuevo proyecto súper secreto (guiño, guiño) y los vídeos me sirven para que mis dedos no terminen fusionándose con el teclado. En un mes o así todo volverá a la normalidad.
¡Os dejo con el vídeo!