Hace poco estuve hablando sobre cómo la gravedad afecta a la altura de las montañas en otros cuerpos del sistema solar y hoy voy a tratar de responder a una de las preguntas que Antonio dejó en la sección de comentarios de ese artículo: ¿cuál es la montaña más alta que jamás ha existido en la Tierra?
Ante nada, aquí llega un dato que os podría sorprender: el monte Everest no es la montaña más alta del planeta.
Ya estamos… ¿Y entonces por qué es tan famoso, si tampoco es para tanto?
A ver, no le estoy intentando quitar mérito al Everest, voz cursiva. Lo que pasa es que la altura de una montaña individual está definida por la distancia que hay entre su base y su punto más alto así que, en este sentido, el monte Everest «sólo» mide 4.600 metros de altura en su cara norte y 3.600 metros en la cara sur.
Aun así, al encontrarse sobre la meseta del Himalaya, la base de la montaña parte desde unos 4.500 metros sobre el nivel del mar. Por tanto, sumando la altura que le proporcionan la meseta y la propia montaña, la cumbre del Everest es el punto de la superficie terrestre que tiene una mayor elevación por encima del nivel del mar (8.848 m).
Pero, de nuevo, el monte Everest en sí no es la montaña más alta del planeta. Ignorando la elevación desde la que parte la base, la montaña más alta que hay sobre la superficie de la Tierra es el monte McKinley, en EEUU, con 6.193 metros de altura.
Pero en nuestro planeta hay montañas incluso mayores… Aunque no impresionan tanto a primera vista porque parte de ellas está sumergida bajo el agua.