A videntes, astrólogos y otros singingmornings les gusta mucho apelar a las alineaciones planetarias (o a cualquier fenómeno celeste poco frecuente, en realidad) como una fuente de «cambio energético«, «regeneración espiritual» o algún otro concepto metafísico que no tiene sentido más allá de los límites de sus paredes craneales y las de sus seguidores. Pero, ignorando todas estas consecuencias inventadas y abstractas, ¿qué pasaría realmente si todos los planetas del sistema solar se alinearan?
Esta es la pregunta que me ha enviado un lector anónimo a jordipereyra@cienciadesofa.com y que voy a responder en dos entradas diferentes: en el artículo de hoy hablaré sobre las propias alineaciones planetarias y la posibilidad de que ocurran, mientras que el próximo día trataré los posibles efectos que podría (o no) tener uno de estos eventos sobre nuestro planeta.
Dicho esto, veamos primero en qué suele pensar la gente cuando habla de una alineación planetaria (junto con el sol, claro):
Sobra decir que, en la vida real, los planetas están bastante más separados.
Creo que los lectores ya lo tenían bastante claro, Ciencia de Sofá.
Bueno, ya, pero es que quería tener una excusa para colocar una imagen en la cabecera del artículo.