En una entrada que escribí hace un par de años explicaba por qué la mayor parte de la masa de la Tierra se encuentra en estado sólido y el planeta no es una gran bola de magma envuelta por una fina capa de roca, como mucha gente piensa. De hecho, hoy en día sabemos que el interior la Tierra está dividido en cuatro capas: una corteza y un manto rocosos y un núcleo metálico que tiene una parte líquida y otra sólida, compuesto principalmente por hierro y níquel.
Y, ahora, dos años después, me ha dado por responder a una incógnita que dejé sin responder en esa entrada en su momento: ¿cómo podemos saber de qué está compuesto el interior de la Tierra?
Bueno, pues supongo que alguien habrá cavado un agujero muy profundo y habrá recogido muestras, ¿no?
Pues no, voz cursiva, porque el agujero más profundo jamás excavado tiene poco más de 12 kilómetros de profundidad, así que está muy lejos de permitirnos acceder a las entrañas del planeta.