La astronomía y la física llevan unos días on fire: la semana pasada se habló de la posible detección de ondas gravitacionales y ahora han aparecido indicios de que podría existir un noveno planeta en nuestro sistema solar. Si queréis conocer los detalles del posible descubrimiento (repito, no se ha descubierto nada todavía, por mucho que insistan muchos titulares), podéis leer este estupendo artículo de Daniel Marín.
Ya que me habéis pedido que trate el tema, aprovecharé para enfocarlo de una manera distinta y, de paso, explicar cómo podemos saber si alguno de esos puntos brillantes que vemos en el cielo por la noche se forma parte de nuestro sistema solar.
Las primeras menciones de los planetas aparecen en tablillas de arcilla babilónicas del segundo milenio a.C en las que se estudian los movimientos de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno que, por cierto, podréis ver estos cinco planetas alineados en el cielo durante las próximas dos semanas entre 30 y 60 minutos antes de la salida del sol.
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Pero, un momento, pensaba que los telescopios eran un invento reciente, ¿cómo podían saber en la antigüedad que eso que estaban viendo eran planetas?