No es ningún secreto que el universo es un lugar abrumadoramente grande y que, si nos queremos mover por la galaxia con relativa libertad en escalas de tiempo humanas, movernos a una velocidad lo más cercana posible a la de la luz es la única opción compatible con las leyes de la física conocidas. Sin embargo, desplazarse por el espacio interestelar a estas velocidades presenta riesgos inesperados.
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