Un amigo me ha pasado un vídeo muy curioso que, además, tiene la ventaja de no necesitar una introducción muy extensa para ponernos en contexto: ¿Qué pasa cuando abres un huevo bajo el agua?
Como habréis podido comprobar, en vez de caer sobre la primera superficie que encuentre en su camino y desparramarse haciendo un desastre, el huevo mantiene (más o menos) su forma sin la cáscara que lo protege.
El asunto tampoco tiene demasiado misterio.
En primer lugar, con una densidad de 1,031 g/ el huevo tiene una densidad similar a la del agua salada, que ronda los 1,027 g/cm3. Como, en realidad, el huevo tenderá a hundirse porque es ligeramente más denso que el agua salada que lo rodea, pero lo hará muy despacio precisamente porque la diferencia es mínima.
La presión sobre un objeto sumergido en un fluido actúa sobre toda su superficie así que el huevo, suspendido en el agua, mantiene su forma al ser comprimido desde todas las direcciones por igual.
Y ahí acaba el asunto por hoy.
Y ya está, no tiene más.
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¡Qué no le pillen al buzo! Multa por echar basura al mar.