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Patrañas (XII): El triángulo de las Bermudas

by Jordi Pereyra

Desde que empecé con la sección de «Respuestas» del blog he notado que, de vez en cuando, me llega alguna pregunta del estilo «¿qué está pasando en el Triángulo de las Bermudas?» o «¿qué es lo que hace que tantos barcos desaparezcan en el Triángulo de las Bermudas?». Pero me parece curioso que no haber recibido aún una pregunta un poco distinta: ¿realmente ocurre algo raro en el Triángulo de las Bermudas?

Creo que vale la pena tratar el tema, porque es un buen ejemplo de que, antes de creernos una historia simplemente porque mucha gente habla de ella, es mejor revisar sus incoherencias e intentar verificar las fuentes originales de la información para ver si merece algún tipo de credibilidad.

Como referencia para el resto del artículo, en este mapa he marcado la zona normalmente referida cuando se habla del Triángulo de las Bermudas, aunque parece que nadie acaba de ponerse de acuerdo del todo sobre la localización exacta de los vértices del triángulo opuestos a las islas Bermudas.

(Fuente)


Vamos a partir de la premisa de que en el Triángulo de las Bermudas realmente desaparecen una gran cantidad de barcos y aviones de manera inexplicable, como se empeñan en insistir decenas de documentales y páginas de internet. ¿Qué podría estar haciendo que tantos barcos y aviones se pierdan sin dejar rastro? Estas son, según las fuentes de información más racionales, algunos de los fenómenos que podrían estar detrás del asunto.1) En el Triángulo de las Bermudas existen anomalías magnéticas que confunden las brújulas de los aviones, que pierden el rumbo y sobrevuelan el océano hasta que su combustible se agota y caen al mar.

Por lo que he leído, esta me ha parecido la explicación más extendida. Suena coherente, pero la pregunta importante es: ¿realmente existe algún tipo de anomalía magnética en el Triángulo de las Bermudas que hace que las brújulas señalen hacia otro lado o que se vuelvan locas?

Pues resulta que en la zona del Triángulo de las Bermudas las brújulas apuntan a un lugar más cercano al verdadero norte que muchos otros lugares del mundo como, por ejemplo, España.

¿Cómo que al verdadero norte?

Bueno, es que las brújulas no apuntan hacia el Polo Norte geográfico, sino hacia el Polo Norte magnético. Y los dos están en sitios diferentes. Podéis comprobarlo vosotros mismos usando Google Earth: las coordenadas del polo norte magnético son 75.7667° N, 99.7833° W y las del polo norte geográfico son 90ºN 0ºE (o también podéis dar vueltas por Google Earth hasta encontrar la entrada construida por los reptilianos para entrar en el interior de la Tierra hueca).

Esto se debe a que los polos magnéticos de la Tierra no están perfectamente alineados con su eje de rotación, que es lo que marca la posición de los dos polos geográficos, así que las brújulas no apuntan hacia el norte real en la mayor parte de la superficie del planeta. Lo cierto es que las brújulas sólo señalan hacia el norte geográfico en aquellos puntos de la superficie que están alineados con el Polo Norte magnético y el geográfico (a lo largo de la línea amarilla de la siguiente imagen). Y es por eso que, en el triángulo de las Bermudas, la dirección que marca la brújula es relativamente precisa.

Ya, pero te has ido por las ramas. Estamos hablando de sitios en los que las brújulas se vuelven locas.

Ay, sí, perdona, voz cursiva. Sólo quería aclarar este concepto, que me parecía interesante.

El campo magnético de la Tierra no es uniforme por toda la superficie del planeta: en algunos lugares es más intenso, en otros lo es menos. Para que una brújula empiece a apuntar en direcciones distintas y pierda el norte, hace falta que exista otro campo magnético muy intenso que actúe de manera local y hacia el que la aguja de la brújula se vea atraído con más intensidad. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en Kursk (Rusia), una región de 120.000 kilómetros cuadrados cuyo subsuelo está repleto de minerales que contienen hierro y alteran el campo magnético de la región.

Otro lugar similar es Bangui, en la República Central Africana, otro territorio en el que una brújula va a apuntar en la dirección que le venga en gana mientras te mueves a través de él. No se conoce la causa exacta de esta otra anomalía magnética, pero se cree que puede estar relacionada con el impacto de un asteroide en el pasado.

He marcado estos dos lugares en este mapa de la intensidad magnética a lo largo de la superficie terrestre:

En rosa, zonas donde el campo magnético es más intenso. En azul, donde lo es menos. (Fuente)

Como podéis ver también en el mapa, el Triángulo de las Bermudas no se encuentra en una zona donde existan anomalías magnéticas intensas, así que las brújulas no tienen por qué volverse locas en este lugar.

De todas maneras, aunque esto fuera cierto y sí que existiera algún tipo de anomalía magnética en el lugar, seguiría sin explicar las supuestas desapariciones en masa de barcos… Porque un barco puede quedar flotando a la deriva hasta que alguien lo encuentre, por mucho que se quede sin combustible buscando tierra firme.

En el caso de los barcos, la culpa de las supuestas desapariciones misteriosas se le suele echar a…

2) Olas gigantes.

Hasta hace relativamente poco se creía que eran un fenómeno muy inusual, pero en las últimas dos décadas se ha descubierto que ocurren con más frecuencia de lo que se pensaba. Las olas gigantes aparecen durante los temporales y son mucho mayores que el resto de las olas, que suelen rondar entre los 7 y los 15 metros de altura en los casos más extremos. Las olas gigantes pueden alcanzar alturas de hasta 30 metros y se cree que se forman debido a la interacción entre el resto de olas, que se magnifican entre sí mediante algún mecanismo de resonancia.

Son un fenómeno repentino y difícilmente predecible, como se puede ver el siguiente vídeo, en el que un barco pesquero es azotado sin previo aviso por una de estas olas en el mar de Bering.

¿Explicaría este fenómeno la desaparición de barcos de manera misteriosa en el Triángulo de las Bermudas? ¿Puede que en esta parte del mundo estas olas se generen con mucha facilidad? No parece probable, sobre todo teniendo en cuenta que ninguno de los avistamientos de olas gigantes hasta la fecha ha tenido lugar en el Triángulo de las Bermudas y que no se trataría de un fenómeno exclusivo de esta zona.

Pero hay otro fenómeno que, según los defensores del misterio, podría explicar las supuestas desapariciones inexplicables de los barcos…

3) Depósitos submarinos de gas metano.

Esta es una explicación que me ha parecido curiosa porque no conocía de la existencia de este fenómeno. Básicamente, en el suelo oceánico existen grandes depósitos de hidratos de metano, que se presentan en forma de trozos de hielo rellenos de gas metano producido por la descomposición de materia orgánica.

Y tienen esta pinta. (Fuente)

Pero este hielo tan sólo puede permanecer sólido bajo unas condiciones de presión y temperatura determinadas. Si la temperatura del agua que lo rodea aumenta, el hielo se funde y el gas metano, libre como un pájaro, sube hasta la superficie del océano y sale  a la atmósfera. Este fenómeno no es un ninguna broma, ya que un aumento de la temperatura de los océanos podría provocar la liberación a la atmósfera de grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero con un impacto 25 veces mayor que el dióxido de carbono, lo que acentuaría aún más el cambio climático. O sea, que más vale que nos pongamos las pilas con el tema de reducir las emisiones.

Ya, bueno, deja el activismo para otro día. ¿Cómo se supone que afectaría este fenómeno a los barcos? ¿El intenso olor a pedos haría que la tripulación perdiera el conocimiento?

Pues no, voz cursiva, porque no es el metano el que hace que las flatulencias huelan mal, sino otros compuestos químicos como el sulfuro de hidrógeno. El metano es un gas inodoro.

En el caso del triángulo de las Bermudas, el peligro al que el metano expondría a los barcos sería diferente: el ascenso de una gran masa de metano haría bajar la densidad del agua más cercana a la superficie. Los barcos, que están diseñados para flotar en unas condiciones determinadas, se hundirían si pasaran por encima de unas estas zonas menos densas.

Uala, ¿Y esto ocurre a menudo? Lo digo para no volver a montarme en un crucero en mi vida.

Qué va, la liberación súbita de tales cantidades de metano es un fenómeno muy infrecuente. De hecho, se cree que la última vez que ocurrió fue al final de la última glaciación, hace 15.000 años, y no hay indicios de que esté ocurriendo de manera regular en el Triángulo de las Bermudas ni en ningún otro lugar del mundo.

Pero, bueno, ¡¿es que no hay nada que pueda explicar las misteriosas desapariciones del Triángulo de las Bermudas?! ¡¿Qué está pasando entonces?! ¿Fenómenos paranormales? ¿OVNIS? ¿Vórtices a otras dimensiones? ¿La mítica ciudad de la Atlántida?

Calma, calma, voz cursiva.

Hasta ahora he hablado de las explicaciones más racionales que se intentan dar para explicar las supuestas desapariciones inexplicables de tantos barcos y aviones. Por supuesto, hay quién está convencido de que todos estos fenómenos tienen una causa paranormal y relaciona estos «fenómenos inexplicables» con actividad extraterrestre en la zona del Triángulo de las Bermudas. Y este tipo de información es la que, al final, llega a más gente, con cientos de páginas de internet y documentales anunciando a los cuatro vientos sus explicaciones paranormales sobre el Triángulo de las Bermudas.

No me voy a meter en estas teorías porque no acabaría nunca, pero te propongo una cosa, voz cursiva: ¿te has planteado que en el Triángulo de las Bermudas podría no estar pasando nada raro en absoluto?

¿Cómo? ¿Te refieres a que no se están perdiendo un gran número de barcos de manera inexplicable?

Efectivamente, ni lo uno ni lo otro.

En primer lugar, ni siquiera parece que las condiciones del mar en el Trigángulo de las Bermudas sean especialmente peligrosas, ya que ni siquiera se encuentra entre los 10 lugares donde tienen lugar más accidentes navales del mundo.

Y eso que, como se puede ver en el siguiente mapa, se trata de una de zona con un intenso tráfico naval. De hecho, las compañías aseguradoras de barcos no cobran más por deambular por la zona del Triángulo de las Bermudas, lo que no tendría mucho sentido si realmente hubiera un alto riesgo de desaparecer sin dejar rastro al cruzarlo.

Bueno, vale, pero a lo mejor pueden estar teniendo lugar un número pequeño de desapariciones que sí que son inexplicables… ¿no?

Ni siquiera eso. Y hace 30 años que lo sabemos.

En 1975, un bibliotecario llamado Lawrence David Kosche estuvo estudiando los «informes» de desapariciones inexplicables citados constantemente en las novelas sobre el Triángulo de las Bermudas y los comparó con verdaderos archivos históricos. Lo que encontró fue que la gran mayoría de los casos que se presentaban como evidencia de que en el triángulo de las Bermudas pasaba algo raro hablaban de misterios y fenómenos inexplicables donde realmente no había ninguno. No sólo etiquetaban de «inexplicables» casos que habían sido perfectamente resueltos, sino que además presentaban accidentes que habían tenido lugar fuera del triángulo de las Bermudas o, más grave aún, que no habían ocurrido. Al parecer, ni siquiera los casos en los que se citaban causas mundanas, como intensas tormentas tropicales, se correspondían con días de tormenta en la vida real.

No entiendo nada, ¿entonces de dónde sale la historia del triángulo de las Bermudas, si no hay ninguna evidencia que la respalde?

De las ganas que tiene el público de creer en lo paranormal y de la ley de la oferta y la demanda, para variar.

La primera mención a esta zona del océano como lugar donde tienen lugar desapariciones misteriosas apareció en 1950, cuando un periodista llamado E.V.M Jones publicaba un artículo en un periódico de Miami hablando sobre siete aviones que habían desaparecido en los últimos tres años en la zona. Cinco de ellos desaparecieron al mismo tiempo el 5 de diciembre de 1945, ya que se trataba de una misión de entrenamiento militar, el famoso Vuelo 19. Los otros dos aviones desaparecidos fueron el Star Tiger, en 1948, y el Star Ariel, en 1949. Según el periodista, estos aviones habían desaparecido «de manera misteriosa».

El asunto habría quedado ahí, si no fuera porque dos años después una revista sobre sucesos paranormales llamada Fate mencionó las desapariciones «extrañas» en una zona situada entre Florida, la isla de Bermuda y Costa Rica. En 1955, un escritor llamado M.K. Jessup recogió el caso y lo publicó en su libro «El caso del OVNI«, sugiriendo que los responsables de las desapariciones eran entidades extraterrestres. La misma información apareció ese mismo año en otro libro, «La conspiración de los platillos volantes» y luego en 1959 en «Más extraño que la ciencia«.

Como podéis imaginar, a partir de ahí todo fue cuesta abajo.

El tema ganó mucha popularidad y los libros de temática paranormal sobre el Triángulo de las Bermudas empezaron a venderse como churros, así que cada escritor que quería explotar esta mina de oro tomaba la historia principal y añadía sus propios detalles inventados… Hasta concluir en otra obra de arte del sensacionalismo en 1974 llamado «El Triángulo de las Bermudas«, un libro escrito por Charles Berlitz y J. Manson Valentine que se convirtió en un best-seller, vendiendo nada más ni nada menos que 20 millones de copias. De ahí que nuestro amigo Lawrence David Kosche decidiera echar un vistazo para ver si, en realidad, toda esta gente estaba basando sus historias en hechos contrastados o se los estaban sacando de la manga.

Pero, ¿eran inexplicables las desapariciones de los aviones que inspiraron todas estas historias?

El propio Kosche publicó sus resultados en un libro «El misterio del Triángulo de las Bermudas – Resuelto«, en el que sacó toda esta manipulación a relucir.

Descubrió que la desaparición del Vuelo 19 no era, para nada, inexplicable y que, además, en los libros se estaban modificando las conversaciones que el piloto y la torre de control habían tenido en los últimos momentos para que sonaran más «misteriosas». El líder de la expedición del Vuelo 19 era un piloto con un historial repleto de irresponsabilidades que llegó tarde el día del despegue sin especificar la causa y pidió si podría ser relevado por alguien más, pero se le denegó la petición. Al parecer, subió al avión sin siquiera llevar encima el equipamiento necesario. El piloto perdió la orientación durante el vuelo y, al ser el líder de la misión, arrastró al resto de los aviones con él hasta que se les agotó el combustible y cayeron todos al mar.

Es verdad que las causas de la desaparición del Star Tiger y el Star Ariel no están tan claras, aunque se especula que un uso excesivo de combustible por haberse visto obligado a volar demasiado bajo podría haber sido la causa del primero y, dados los problemas que había presentado ya el componente, una explosión del calentador bajo la cabina del piloto podría haber sido la causa del segundo.

Por supuesto, los detalles de estos dos últimos no se pueden conocer con seguridad porque nunca se han encontrado los restos de ninguno de estos accidentes pero…

¡AHÍ LO TIENES! ¡LOS CHATARREROS ALIENÍGENAS DEL TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS NOS ESTÁN ROBANDO EL METAL DE LOS AVIONES!

… Pero, teniendo en cuenta que en esta zona el océano tiene una profundidad media de 5.791 metros, con fosas que pueden alcanzar los 8.229 metros, cualquier cosa que se hunda hasta el fondo va a ser muy difícil de localizar.

Además, por desgracia desde 1945 se han perdido alrededor de 70 aviones sin dejar rastro por todo el mundo. Y es normal: entre esta fuente y esta otra, se puede deducir que unos 260.000 aviones surcan los cielos cada día. El avión es uno de los medios de transporte más seguros que existen pero, por improbable que sea que algo salga mal durante un vuelo, por pura estadística algún accidente va a tener lugar de vez en cuando simplemente porque la cantidad de aviones que vuelan cada día es brutal. Y, también por estadística, algunas veces se darán unas condiciones muy improbables, pero necesarias para que la causa de alguno de los accidentes no quede del todo clara.

Y, bueno, inventar mentiras sobre estos accidentes para hacerte rico vendiendo libros sobre extraterrestres y fenómenos paranormales a costa de ellos me parece, como poco, bastante ruin.

 

 

 

20 comments

20 comments

Fernando enero 6, 2016 - 9:21 pm

Voz cursiva, avisa al escritor que cuando me disponía a suscribirme a una publicación mensual cualesquiera, no he encontrado el enlace de acceso a la publicidad poco invasiva, gracias

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JM noviembre 23, 2017 - 10:31 am

Me pasó lo mismo

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Pablo Marcano enero 6, 2016 - 10:19 pm

Excelente como siempre. La publicación de national geographic se hace extrañar ahora que no está, siempre era interesante ver las excusas que te buscabas para meterla

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Martín enero 7, 2016 - 1:51 am

Ya había leído sobre este «misterioso» triángulo, y puedo agregar lo que sigue.
La desaparición de los «Star» tiene otra posible explicación: los Avro Tudor (el modelo de ambos aviones) tenían defectos de diseño, y se descubrió que había uno letal: los servos de los timones de profundidad se podían bloquear – sin motivo – en posición de descenso, poniendo al avión en un picado imposible de recuperar, siendo muy posible además que los timones salieran arrancados.

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Patrañas (XII): El triángulo de las Bermudas enero 7, 2016 - 8:32 am

[…] Patrañas (XII): El triángulo de las Bermudas   […]

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Javier Izquierdo Cadalso enero 7, 2016 - 10:54 am

Si tenían un motivo, se congelaban y al actuar se gripaban en posición «todo abajo», el mismo servo se usaba en otros Avro, pero estaba mas protegido y aún así dio problemas, pero eso lo descubrieron mas tarde, cuando, en el 2000 descubrieron los restos de otro que se perdió en los andes

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Viviana enero 26, 2017 - 5:39 am

Perdonen a los que saben del tema o son pilotos mi pregunta es si tu vida está en riesgo los aparatos y brújulas es del único modo en el que te podes orientar ? Si sabes la hora y es de día tenes el sol y si es de noche las estrellas o estoy equivocada?

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carlos f enero 7, 2016 - 4:35 pm

En referencia a «Ya, pero te has ido por las ramas. Estamos hablando de sitios en los que las brújulas se vuelven locas…»;

Quería añadir (como curiosidad) que en actividad volcánica intensa las brújulas parecen volverse locas también, hace unos días estaba leyendo en wikipedia sobre la erupción de saint helens, cito:

«Un equipo de televisión fue enviado en helicóptero al monte Santa Helena el 23 de mayo, para documentar la destrucción causada por el volcán. Sin embargo, al acercarse al volcán, las agujas de sus brújulas comenzaron a girar rápidamente en círculos y terminaron perdiéndose…»
Enlace a wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Erupción_del_Monte_Santa_Helena_en_1980

Un saludo y gracias por el artículo

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Verde enero 7, 2016 - 6:24 pm

Bah menuda la verdad, me quedo con las fantasmadas de la tele, eso si que mola

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Luis Blanco enero 8, 2016 - 11:02 am

Creo que el anuncio poco invasivo de National Geographic se ha perdido en el Triangulo de las Bermudas XD

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qoixiop xiop enero 8, 2016 - 2:05 pm

y sigue su historia de sucesos paranormales del triangulo de las vermudas, ahora hace desaparecer anuncios poco invasivos.

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Yakov Sverdlov enero 9, 2016 - 5:32 pm

¡Hey! ¡Que no es Koshe sino KUSHE! https://en.wikipedia.org/wiki/Larry_Kusche

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mayra enero 14, 2016 - 7:19 am

me parece un articulo muy interesante aunque siempre existirá la incógnita de que es lo que pasa realmente, lo que ocasiona que muchos barcos y aviones desaparezca, lo cierto es que existe un gran campo magnético que hace volver locas a las brújulas.

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Karofaar Sanagar enero 15, 2016 - 3:40 pm

y el anuncio de national geografic

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yaki enero 16, 2016 - 10:47 am

Me gustan más las patrañas de los extraterrestres ¬¬ pero me has aclarado muchas cosas que no sabía, gracias!

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Pedro Luis Martinez Rocha enero 18, 2016 - 6:07 pm

lo que SI se perdio en el triangulo de las bermudas fue el anuncio de national geographic hace fañta XP

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Bona Caballero marzo 24, 2016 - 4:04 pm

Creo que no has leído el artículo del todo, lo que yo deduzco es justo lo contrario, que hasta donde consta: 1.º no desaparecen «muchos» barcos y aeronaves, en cualquier caso no más que en cualquier otro punto del globo; y 2.º no hay particulares perturbaciones magnéticas en la zona.

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Sergio Alvaro Burgoa Humerez febrero 16, 2017 - 12:27 am

La mejor página que conozca!!! Sigue adelante!!!

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Borja noviembre 24, 2017 - 9:20 am

Fantástico trabajo, muy bien explicado. Espero que sirva para callar a muchos vendedores de humo del misterio. Lo voy a compartir en varios sitios. Gracias.

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Aa noviembre 25, 2017 - 10:08 pm

Buen articulo como de costumbre.

Curiosamente, en Aokigahara (el bosque de los suicidios) el cual se dice esta encantado tambien una de las características es que las brújulas de los excursionistas dejan de funcionar correctamente por lo que es facil perderse. El Aokigahara esta al pie del Monte Fuji, un volcan , y el bosque creció sobre la lava de las erupciones. Aparentemente, esto estaria relacionado.

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