En latitudes frías y extremas como en las que se encuentra la región de Kangiqsujuaq (Canadá), la gente está tan harta de comer carne de foca que está dispuesta a cualquier cosa con tal de añadir algo de variedad a su dieta.
Las mareas en esta zona pueden bajar hasta 12 metros, lo que provoca un efecto curioso si se dan las condiciones necesarias: en la época en la que la superficie del agua está congelada, el hielo baja y queda apoyado sobre el lecho de roca a medida que el agua se retira. Es entonces cuando los habitantes de Kangiqsujuaq se cuelan entre los gigantescos bloques de hielo para intentar recoger los mejillones que quedan expuestos al aire, antes de que la marea vuelva a inundar la zona. No hace falta puntualizar lo peligroso que es esto.
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