El otro día estaba releyendo un genial post de la web XKCD en el que su autor menciona el difluoruro de dioxígeno (O2F2), el compuesto químico más reactivo conocido. Así que he pensado que sería una buena idea hablar sobre reacciones químicas y, de paso, explicar cómo de peligrosa puede llegar a ser esta sustancia porque, para empezar, casi cualquier material que entre en contacto ella arderá en llamas espontáneamente, incluso a temperaturas criogénicas de -184ºC.
¿Cómo que incluso? ¿Acaso la química se detiene si hace suficiente frío?
Buena pregunta, voz cursiva. Me explico.
Una reacción química no es más que el intercambio de átomos entre moléculas distintas. Las moléculas de oxígeno del aire tienden a quedarse pegadas a los átomos de hierro, formando óxido de hierro. Cuando el ácido clorhídrico reacciona con el carbonato de calcio, el cloro que contiene el ácido separa los átomos de calcio del compuesto, dejando libres al oxígeno y el carbono para formar dióxido de carbono y agua.
Como podéis ver en estas dos reacciones químicas, los átomos que contienen las moléculas simplemente se reestructuran para formar nuevos compuestos.
Pero, claro, para que dos moléculas reaccionen químicamente, primero tendrán que entrar en contacto. O sea que, a nivel macroscópico, la velocidad a la que se produce una reacción química entre dos sustancias dependerá de dos cosas: de cuántas moléculas entren en contacto cada segundo y la energía con la que choquen unas contra otras.