Habréis visto estos días que se ha concedido el premio Nobel de Física 2015 a Takaaki Kajita y Arthur B. McDonald por aportar pruebas, cada uno por su cuenta, de que los neutrinos tienen masa y oscilan.
Bah, yo oscilo de vuelta a casa cada sábado por la noche y no me verás reclamando ningún premio Nobel.
Qué chispa tienes, voz cursiva, pero esta oscilación que se ha descubierto no implica que los neutrinos vayan haciendo «eses» por el cosmos. La «oscilación» significa que un neutrino es capaz de transformarse espontáneamente en cualquiera de los otros dos tipos de neutrino que existen mientras viaja por el espacio.
Eh, eh, te acabas de adelantar muchísimo. Más te vale aclararme primero qué es un neutrino porque esto no me ha aclarado nada. Además, la entrada queda bastante corta de momento.
Tienes razón, voy a llenar toda esta página de paja.
Todos conocemos los protones, los neutrones y los electrones, ¿verdad? Hablo de vez en cuando sobre ellos en este blog y en esta entrada expliqué el papel que juega cada uno de ellos a la hora de formar la materia que nos rodea. Pues, bien, resulta que existen otros tipos de partículas que no se pasan el día encerradas en un átomo.